«Katagiri encontró una rana gigante esperándolo en su departamento. Era de contextura maciza, apoyando su más de metro ochenta de alto sobre sus ancas. Katagiri, pequeño, delgado y de no más de un metro sesenta, se encontró abrumado por la imponente corpulencia de la rana».Haruki Murakami, Super Rana salva Tokio.