«Viajar es inmoral, decía Weininger viajando; es cruel, recalca Canetti. Inmoral es la vanidad de la fuga, nota con acierto Horacio cuando invita a no intentar eludir los dolores y los afanes espoleando al caballo, porque la negra angustia, dice el verso, va sentada en la grupa, detrás del jinete que espera hacerle perder el rastro de su caballo».Claudio Magris, El infinito viajar.